Antes de resumir el partido me gustaría denunciar desde aquí la actitud absolutamente deplorable del jugador número 10 del Deportivo FSJ (ni no fue el 10, da igual, hubo varios candidatos), que en un gesto de absoluta deportividad; en un ejercicio de máxima expresión de juego limpio, madurez y exquisita educación, escupió al rival; con el agravante de que hace tan sólo un mes, permitimos que el jugador número 3 jugara a pesar de presentarse comenzada la segunda parte. Escrito queda, que conviene no olvidar estos hechos lamentables que retratan a sus dueños, dado que la memoria es débil y es posible que el destino nos tenga preparados nuevos encuentros. No vaya a ser que sintamos la tentación de practicar fair play de nuevo con ellos. ¡Nunca mais!
Respecto al partido, resaltar que hubo pleno y asistencia masiva y festiva aunque el comienzo no pudo ser peor. A pesar de que las ocasiones más claras fueron nuestras, a mediados de la primera parte perdíamos dos a cero; un despiste en un saque de banda y un rebote con trágico final. Pero la insistencia tuvo premio, y las ocasiones y sobre todo el buen juego que seguimos practicando nos permitieron dar la vuelta al marcador antes del descanso. La segunda parte comenzó igual que terminó la primera. Presión, presión y más presión. Su portero volvió a ser el mejor de los poco deportivos FSJ, y fue así como en la jugada tonta del día, encajamos el empate. Pero esta vez no estábamos por la labor de venirnos abajo, así que seguimos apretando y llegó el cuarto, y llegó el quinto, y un sexto y un séptimo. A pesar de su desesperado planteamiento de portero-jugador, sólo consiguieron hacernos un gol más (que a la postre el árbitro se encargó de robárselo en el acta). Muy bien Dani, que parece ya plenamente integrado, muy bien Mario, del que decía Pablo en el banquillo que está en un momento dulce (sirva este comentario para que se hinche su ego, pero cuidado no explote), y muy bien los chavales nuevos, Figu y Tano, a pesar de su juventud e inexperiencia. Los juanes y el Portu cumplieron, como señores que son. Y Pablo abstente de asustarnos.
Y he aquí que hemos salvado el penúltimo escollo. Nos falta coger carrerilla y … ¿listos y ya?