lunes, 28 de enero de 2013

ESPONGIS - 31 SIN PARES (27/04/2013)

Gente con oficio.

Nueva victoria, trabajada una vez más, con muchos protagonistas. Son un equipo, estos de los 31 Sin Pares, que saben a lo que juegan, ordenados, contundentes y con un buen contraataque. Y somos un equipo, estos de los Espongis, que no sabemos atacar contra defensas estáticas. Así que durante la primera parte, lo único meritorio que hicimos fue igualar el marcador transcurrido poco tiempo desde que ellos inauguraran el suyo, jugada rara, gol de cabeza a pase desde el cierre. Extraña, sí señor. La segunda parte comenzó más animada, con 3 goles en los primeros minutos y la sensación de que el partido acabaría con una goleada holgada. Peeeeeeeeeero...nada más lejos de la realidad. Dos goles consecutivos de ellos ponían un 4 a 3 en el marcador inquietante. Pudimos revolver finalmente con el gol de la tranquilidad próximo al pitido final.

Y en el apartado de los protagonistas, cada uno por sus propios méritos, tenemos en primer lugar, y claramente destacado, a Dani (tri-goleador ficticio). Sin duda el mejor del partido, con detalles de aquel adolescente que conocí hace ya muchos años y muchos kilos también. En segundo lugar, a Figu (copero por excelencia), al que la noche confundió y le impidió ver el camino a casa. Y en tercer lugar a Mario (el rompe botas), al que le birlaron un gol en pleno acta. Y finalmente, nuestras oraciones para los juanes, para que Juan se reincorpore cuanto antes y para que Pablo recupere su otrora forma física.

En el siguiente capítulo, la Odisea de Homero.

ESPONGIS – LOS DIABLOAS COJOS (13/01/2013)

Vuelta al cole sin retención.

Históricamente, la cuesta del turrón ha sido siempre muy, muy, muy empinada, pero este año el calendario ha sido benévolo con nosotros y nos reservaba un partido tranquilo, sin exigencias, para disfrutar.

¿Otro día de rutina en la oficina?. Casi.

El caso es que ni siquiera en un día tan apacible, Waldo pudo permanecer callado durante los 40 minutos, y para evitar que nos relajáramos en exceso y coincidiendo con el momento en el que encajábamos el segundo gol consecutivo, sacó a relucir su dulce vocecita y su vocabulario de académico de la lengua para recordarnos algo sobre nuestras madres, sobre la suya y sobre todas las madres en general. No lo reproduzco por si hay algún niño despistado leyendo estas crónicas tan feas.

Así pasamos de un 4-0 a un 4-2 y a un 6-2, charla incluida, en un abrir y cerrar de ojos y todo acabó felizmente, al menos para nosotros.

Los goleadores, me perdonen; las paradas, si es que las hubo, tampoco las recuerdo; el equipo rival, encantado de conoceros y hasta la próxima. Incluso he olvidado cuánto fallé, si fue mucho, poco o todo lo contrario.

Y como me sobran unas líneas, y el partido no tuvo más trascendencia, dedicaré unas palabras a nuestro delegado preferido: “¡Potato, fenómeno, te extrañamos tanto como a los párrocos en los burdeles!

DEPORTIVO FSJ - ESPONGIS (20/01/2013)

Gran partido.

A quien madruga, Dios le ayuda. Aunque en este caso Dios poco tuvo que ver y a los de otro equipo, que también madrugaron, el refrán no les surtió efecto.

Un equipo serio el Deportivo, de los de toda la vida; un clásico de Barajas que dos veces al año se convierte unas veces en San Siro, otras en Giuseppe Meazza.

El partido arrancó con ausencias, ellos eran 5, sin cambios, y nosotros además de repetir ausencia Juan, Mario también faltó a la cita, total, 6, un cambio más. Durante la primera parte ellos cedieron en control del balón, esperaron atrás, defendieron con disciplina y anticipación y concedieron mínimas ocasiones. Esperaban la llegada de un sexto jugador y ralentizaron el juego todo lo posible, intentando minimizar el consumo de energía. Mientras, aunque lo intentamos, no conseguimos crear ocasiones claras. Así que la primera parte terminó con el marcador inicial. Y he aquí, que en el descanso, cuando todo era propicio, el viento soplaba de cara, el árbitro hacía un buen trabajo (incluso no nos perjudicaba), su sexto hombre no llegaba, se cerró el acta y estábamos impacientes por empezar la segunda parte, apareció nuestra habitual “empanada”, esta vez ajena (me explico). Resulta que el árbitro nos preguntó que si, saltándonos el reglamento, permitíamos jugar a su sexto hombre en caso de que llegara fuera de plazo. Y resulta que nosotros aceptamos. Y resulta que el sexto hombre llega. Y resulta que en el minuto 5 el sexto hombre inaugura el marcador (contra nosotros, el desagradecido). Y resulta que lo veíamos venir. Y resulta que volveríamos a aceptar. Lo que vino a continuación fueron posiblemente los mejores 15 minutos en ataque que recuerdo de los Espongis. De esta temporada seguro y tengo que hacer memoria para recordar una mejor. Quizá exagero, pero Figu, Pablo y Dani seguro que dan fe de que se emocionaron tanto como yo. Para despistados, 1-3, ya que jugamos en el Giuseppe Meazza.

GAMBA TEAM - ESPONGIS (02/12/2012)

Básicamente rabia.
 
Ciertamente, un partido con poca historia y mucha intrahistoria. La historia se resume en que el partido era de los marcados en rojo y no logramos el objetivo. Visita al líder que sale reforzado. La realidad es que estamos a dos puntos y que queda el partido de vuelta, aunque lo que queda de liga va a resultar más duro que la primera ronda, me temo.
Futbolísticamente, una parte para cada equipo. Para nosotros la primera, con apertura de marcador y ocasiones para aumentar la ventaja. Hasta en tres ocasiones, pero la puntería no nos acompañó, y la primera parte acabó con un empate inmerecido a pesar de haber concedido un penalti.
La segunda parte fue para ellos. En menos de treinta segundos ya habían remontado el marcador. Despiste “habitual” y regalo en forma de gol. No pudimos rehacernos del golpe. Esta vez las ocasiones fueron suyas y la puntería sí les acompañó. Fin de la historia.
Y ahora la intrahistoria.
 
Este año no habíamos conocido al equipo duro de la competición, hasta ayer. Un buen equipo al que le sobran maneras y dureza. Si a eso le añadimos un árbitro permisivo y malo, pues tenemos un cóctel altamente explosivo. Las entradas duras, mal llamadas fuertes (concepto que manejan equivocadamente muchos equipos para justificarse), hay que cortarlas, señor árbitro. Los errores hay que minimizarlos, señor árbitro, y las tarjetas rojas se usan por ejemplo para amonestar a un energúmeno que se pasa todo el descanso amenazando al equipo contrario, y al que sus compañeros tienen que sujetar en repetidas ocasiones para que no agreda físicamente al equipo contrario. Para eso se requiere un árbitro, señor, no para que asista impasible al espectáculo lamentable de un energúmeno que jugó tranquilamente toda la segunda parte.
 
Tano, que no se te vaya más la “cabeza”.