Segunda ausencia consecutiva de Pablo, segundo desbarajuste defensivo, para gozo y regocijo de Waldo.
Transcurría apaciblemente el partido, mediada la segunda parte, contra la cenicienta del grupo. El marcador reflejando un claro seis a uno a favor y nos tuvimos que meter, una vez más, de patitas en el charco. Metidos en el área, despejando balones, Waldo sacando uno, dos y hasta tres remates consecutivos, vuelta a empezar con los rechaces, el balón que no sale de nuestro campo, Waldo que se cabrea, contragolpes que nos comemos cuando el balón sí pasa de nuestro medio campo. Vamos, un caos en toda regla. Menos mal que el tiempo jugaba a nuestro favor. Así es que el resumen podría ser que a pesar de jugar contra los últimos, los más goleados, los menos goleadores, a pesar de ganar cuatro a cero en el descanso, y de ganar seis a uno a diez minutos del final, dejamos que el resultado final de la segunda parte fuese de empate a dos goles. Todo dicho queda. No aprendimos la lección del partido anterior. Así es que Pablo, deja ya de correr por ahí, que es de cobardes y vuelve para restaurar el orden y el bienestar de Waldo, que ya está mayor y estos sustos no le vienen bien a su salud.P.D.: No es mi estilo ceder a la presión popular (populacho más bien), pero ha sido tanta la insistencia, y tan unánime la petición que no puedo dejar de mencionar la lamentable puntería del Portu durante el partido. ¡Torres!, se oía en la grada.
P.P.D.: Ni qué decir tiene que el protagonista negó los hechos, alegó pesadez en las piernas y aludió a la poca colaboración de postes y porteros rivales. También profirió una retahíla de insultos, dirigidos contra quienes le acusan, que no reproduciré aquí por si hubiera niños.